Ustrell&García Clínica Dental
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El L-PRF (Leucocyte Platelet-richfibrin, o fibrina rica en plaquetas con leucocitos) es un tipo de plasma rico en fibrina (PRF) y es una matriz autóloga de fibrina rica en factores de crecimiento, que promueve y acelera la reparación de tejidos blandos y duros.

Antes del uso del L-PRF encontrábamos otros concentrados y técnicas como el plasma rico en plaquetas (PRP), el plasma rico en plaquetas puro (P-PRP), el plasma rico en plaquetas y leucocitos (L-PRP), el plasma rico en factores de crecimiento (PRGF) o la fibrina rica en plaquetas pura (P-PRF).

La novedad reside en que el L-PRF es más fácil de obtener, más rápido y en que libera sustancias durante más tiempo. Está considerado un concentrado plaquetario de segunda generación debido a sus ventajas, preparación más sencilla sin el uso de sustancias bioquímicas externas, lo que hace que se disminuya la posibilidad de reacciones adversas, ya que es un material completamente autólogo.

Es conocido la utilización de estas técnicas por los deportistas de élite como Rafa Nadal, Xavi, Iniesta o Puyol, entre otros, para recuperarse mejor después de una lesión.

Los deportistas profesionales debido a la propensión a lesionarse (lesiones musculares, rodillas, tobillos, etc) y a la necesidad o deseo de volver a la actividad en el menor tiempo posible, se ven especialmente beneficiados con este tratamiento.

La técnica es muy sencilla y se hace en el box dental en el mismo momento de la intervención. Para la obtención de coágulos de L-PRF es necesaria la extracción de sangre venosa (unos 4 tubos de 9 mililitros), de la misma forma que para un análisis de sangre convencional.

Seguidamente, estos tubos se colocan en una centrifugadora a 2.700 rpm que tenemos en nuestra clínica dental exclusivamente para utilizarla en estos casos. Tras 12 minutos aproximadamente de centrifugado (según el caso), extraemos los tubos y podremos observar la separación de las células rojas de la sangre y el coágulo de fibrina. El coágulo de fibrina es manipulable, siendo posible darle diferentes formas, entre ellas adoptando forma de tapones o membranas, muy útiles en cirugías dentales de implantes o de regeneración ósea.

Las ventajas que presenta la técnica de obtención de coágulos de L-PRF con respecto a las anteriores se basan en la sencillez y rapidez de la técnica, sumando poco tiempo al tiempo de la intervención en sí, y a la seguridad del procedimiento, ya que al ser un producto obtenido de la sangre del propio paciente resulta totalmente biocompatible. Por lo tanto, es la mejor técnica que existe en la actualidad para la regeneración de tejidos que se puede ofrecer a cualquier paciente.

El coágulo de L-PRF obtenido contiene un 97% de plaquetas, así como más de un 50% de leucocitos del coágulo inicial. Este coágulo es capaz de liberar factores de crecimiento que inducen la proliferación y diferenciación celular mediante la formación de una matriz de fibrina estable. Esta matriz tiene varias propiedades, una de ellas es que actúa como andamiaje para células mesenquimales indiferenciadas, las cuales tras su diferenciación facilitarán el proceso de regeneración tanto de tejidos duros como blandos. Otra propiedad importante del coágulo de L-PRF obtenido es su capacidad hemostática, debido al alto contenido de plaquetas que tiene, siendo estas las responsables de la liberación de los factores necesarios para detener la hemorragia y la estabilización del coágulo.

En la actualidad, se están investigando mucho las diferentes indicaciones del L-PRF, obteniéndose cada día nuevos y mejores resultados en múltiples ámbitos sanitarios. Dentro de nuestro ámbito, la odontología, el L-PRF es muy usado sobre todo en el campo de la implantología, la cirugía oral y la periodoncia, ya que acelera la curación y regeneración de tejidos blandos y duros, así como la capacidad para favorecer la homeostasis.

Principales ventajas el L-PRF:

  • Promueve la regeneración de tejidos blandos (encía) y duros (hueso)
  • Acorta los tiempos de cicatrización
  • No existe posibilidad de rechazo al ser del propio paciente
  • Disminuye el riesgo de infección
  • Disminución de la inflamación y del dolor postoperatorio
  • Ayuda a disminuir los defectos periodontales (de encías)
  • Mejora de la cicatrización en todos los procedimientos llevados a cabo en pacientes con condiciones médicas en las que la cicatrización pueda verse comprometida (diabetes, inmunodepresión, pacientes oncológicos…)

¿Funciona la técnica con L-PRF?

Sí. Son muchos los estudios que avalan el uso de esta técnica, es por eso que se usa en otros campos de la medicina, por ejemplo, en medicina deportiva o traumatología, o bien en la unidad hospitalaria de quemados desde hace muchos años. La sencillez de la técnica, los grandes beneficios que aporta y el hecho de conseguir un producto autólogo (100% de origen del paciente) hacen que sea una técnica de altísimo nivel que ofrecemos a nuestros pacientes en cualquier intervención dental.